Conoce tu ciudad si quieres ser Smart

Y es que para empezar un proyecto Smart City, al menos en mi opinión y espero que vosotros me digáis si tengo razón o no, lo primero que debe conocer una corporación municipal es su propia ciudad. Diréis que esto es de Perogrullo, pero me consta que numerosos responsables municipales no poseen este conocimiento. Una vez que son conscientes de esta laguna, se ponen en marcha para solventar esta carencia.
Ese conocimiento, para empezar a tomar decisiones, se tiene que referir a dos ámbitos principalmente, el demográfico y el físico.

Demográfico

El conocimiento demográfico se presupone, y cualquier Alcalde o corporación municipal de una ciudad o pueblo de menos de 50.000 habitantes que ha vivido y/o crecido allí conoce a sus gentes de la misma manera que le conocen a él. El problema es que ese conocimiento se tiene a grandes rasgos.
¿Qué pasa cuando se intenta profundizar un poco en el tema para empezar a pensar en propuestas Smart? Cuando se intenta profundizar en el tema y se plantea preguntas sobre renta per cápita media, número de habitantes por sexo o por edad, niveles de estudio, tasa de paro, grado de motorización, usuarios de servicios municipales por edad y sexo,… no se tienen los datos a mano y se empieza a dudar y a responder con cierta vaguedad y es lógico, ya que un responsable municipal no tiene por qué tener todos estos datos en la cabeza.
Pirámide poblacional
¿Qué se hace para obtener esos datos? Pues llamamos a Secretaría, a Intervención o a algún concejal y esperamos a que nos proporcionen estos datos pero,… ¡vaya! la Secretaria está reunida con el Interventor y con un contratista, el concejal que está liberado (porque no todos lo están) ha salido con el encargado de mantenimiento a revisar un problema que le han notificado los ciudadanos,…
¡Puff!… Hoy no va a poder ser, tendremos que esperar a que terminen y a que revisen la solicitud, encuentren un hueco en sus apretadas agendas y nos pasen los informes que les hemos solicitado.


Físico

Por otro lado, con conocimiento físico me refiero a la realidad de que todos los municipios han de destinar una buena parte de su  presupuesto al mantenimiento y a la prestación de servicios en la Vía Pública: recogida de residuos, limpieza, parques y jardines, alumbrado, saneamiento, etc.
¿Con cuántos contenedores verdes, amarillos y azules contamos en nuestro municipio y dónde están ubicados? ¿Qué distancia andando tiene que recorrer un ciudadano para llegar a uno? Resulta que tenemos tres contenedores amarillos en una manzana y por otro lado hay gente que tiene que andar durante 5 minutos para reciclar una caja de cartón y  justo viven en una zona donde hay contenedores de residuos orgánicos que suelen llenarse con cajas de cartón…
Antes de pensar en colocar sensores de capacidad y llenado en los contenedores podemos probar a redistribuir los mismos o a pedirle a la contrata encargada que aumente el número de ellos en determinadas zonas.
En cuanto al alumbrado público, ¿nos interesa saber el número y ubicación de las luminarias en nuestro pueblo? ¿Cuántas de vapor de sodio, de vapor de mercurio o de LED tenemos y cuál es su consumo? ¿Cuál es su antigüedad?
Estas preguntas y muchas más nos podemos hacer no sólo respecto a estos elementos, sino con las zonas de aparcamiento, zona azul, señalización vertical, señalización horizontal, semaforización, red de abastecimiento, red de saneamiento, red eléctrica, mobiliario urbano…
Imaginemos una población que tiene problemas de aparcamiento ya que las plazas son limitadas en la zona donde se concentra el comercio y el ocio y estas son usadas principalmente por sus ciudadanos. Ha decidido poner sensores de aparcamiento para indicar a los conductores que plaza está libre. Estos se pueden descargar una app en el móvil y pueden ver qué plaza está libre antes incluso de salir de casa, así no tendrán que dar vueltas y vueltas para encontrar una plaza. Además el municipio podrá  lograr también su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una vez hecha la inversión observan que la gente sigue cogiendo el coche y nunca encuentran plaza para aparcar porque el número de vehículos es mayor al de plazas existentes.
Si hubieran tenido en cuenta los datos de motorización y de la superficie física de aparcamiento disponible podrían haber optado por otra solución, como fomentar el uso de la bicicleta en lugar del vehículo privado. Esto supone un cambio en la mentalidad de los ciudadanos, que en principio pueden ser reacios al mismo, pero las arcas municipales no se habrán visto afectadas por un gasto inútil.

Todas las situaciones y ejemplos anteriores pueden parecer una parodia y pueden hasta resultar exageradas, pero las primeras no andan muy distantes de lo que ocurre cada día en numerosos Ayuntamientos y de las últimas hay que cuidarse para que no lleguen a ocurrir.

GIS y Smart Cities

Disponer de un GIS (Sistema de Información Geográfico) proporciona a los Ayuntamientos un potencial increíble en el ámbito de la gestión y la optimización de recursos, así como la posibilidad de localización de elementos con repetidas incidencias. Además, los distintos softwares actuales nos permiten enriquecer los mapas con datos demográficos que nos aportan un gran valor y pueden ser objeto de múltiples análisis espaciales.

Web Map Inventario Contenedores
Web Map Inventario Contenedores
La gran capacidad para la extracción de datos, la generación de informes, el análisis espacial, el control de incidencias, etcétera… que nos puede proporcionar una plataforma GIS repercute directamente en la optimización de la gestión y en las arcas del Ayuntamiento. Asimismo, puede servir para que en un futuro puedan ajustar los Pliegos de Condiciones de los nuevos contratos públicos a unas variables económicas más aproximadas a las realidades detectadas.
A partir de ese conocimiento, los Ayuntamientos podrán entre otras cosas:
  • Plantear propuestas para tomar decisiones que conviertan su ciudad en “Smart” fundadas en su espacio físico urbano y en la realidad de su ciudadanía.
  • Hacer consultas a sus ciudadanos sobre los problemas que tienen que ver con la gestión municipal de la vía pública y contrastarlos con los datos existentes.
  • Responder a las reclamaciones y sugerencias de los ciudadanos respecto a su gestión.
  • Poner a disposición de sus ciudadanos los datos no susceptibles abogando por el OPEN DATA para que los mismos se involucren también en el desarrollo de la ciudad.

Por lo tanto, si una ciudad o población se está planteando dar el paso para ser una Smart City, entendemos que lo primero que tiene que hacer es CONOCERSE A SI MISMA.

Comentarios